DOOM: The Dark Ages – Reseña Para un Slayer

DOOM: The Dark Ages y su legado es indiscutible: desde sus primeros días en 1993, la franquicia ha marcado un hito para los shooters en primera persona con su ritmo vertiginoso, su diseño icónico y su enfoque implacable en la acción pura. Doom: The Dark Ages, desarrollado por id Software y publicado por Bethesda Softworks, la saga toma un giro audaz hacia un universo medieval futurista, donde el Slayer no sólo enfrenta hordas demoníacas, sino que lo hace en un entorno imaginario entre la Edad Media y la ciencia ficción. Este título, disponible desde el 15 de mayo de 2025 para Xbox Series X/S, PS5, Steam y Xbox PC (incluido desde el primer día en Game Pass), nos lleva a descubrir el brutal placer de la carnicería con una ambientación refrescante y mecánicas innovadoras que amplían el concepto tradicional de la serie sin perder su esencia.

Un Mundo Medieval Fantasía y Tecnología Conviviendo

Lo primero que sorprende de Doom: The Dark Ages es su ambientación. En lugar de las clásicas bases espaciales u otros mundos, al Slayer lo invocan en la Edad Media techada con ciencia ficción, un mundo futurista medieval donde la estética de armaduras de placas y cota de malla convive con gigantescos robots, armas de plasma y energía misteriosa. La narrativa y el diseño de niveles exploran esta mezcla con un gusto por lo fantástico, entre castillos, fortalezas y hechicería, pero sin renunciar a los iconos emblemáticos de Doom, como los enormes demonios, las balas explosivas y la acción vertiginosa.

The Dark Ages: una fusión de tiempos y géneros, una Edad Media reimaginada a través del filtro electrónico y brutal de Doom. Sin olvidar todos los demonios emblematicos que han recorrido desde el primer juego. Con armas conocidas y con mejoras que se adquieren poco a poco en cada capítulo que pueden ser repetibles.

La Revolución del Escudo

La gran innovación de esta entrega es el uso del escudo del Slayer, que redefine el combate cuerpo a cuerpo y la movilidad de manera magistral. A diferencia de otros juegos, donde los escudos fomentan una actitud conservadora y defensiva, aquí el escudo es agresivo, dinámico y decisivo. La mejor defensa es el ataque.

El escudo funciona en cuatro planos: puede bloquear ataques con un sistema de parry (acción de bloquear o desviar un ataque enemigo) muy intuitivo, devolver proyectiles con daño incrementado, al momento de bloquear puede lanzarse en una embestida para acercarse al enemigo, y lo más espectacular, usarse como arma arrojadiza que regresa automáticamente. Esta mecánica se potencia con interacciones con el entorno: al calentar metales y armaduras al rojo vivo, puedes lanzar el escudo para provocar explosiones que destruyen obstáculos, abren caminos o arrasan con filas de enemigos. Este sistema, además de espectacular, introduce un elemento táctico y amplía la variedad y profundidad del combate sin sacrificar velocidad ni intensidad.

Este momento explosivo de encadenar enemigos a modo de bolera, con la música y los efectos sonoros de fondo como una auténtica “chuza”, añade un componente lúdico y satisfactorio que se siente fresco y divertido con demonios y escudos con dientes de sierra. La referencia puede parecer insólita, pero resume la sensación de dominio y diversión que el combate puede entregar.

Mecánicas Tácticas Para un Doom Más Pesado

The Dark Ages representa un retorno a un Doom más “pesado” y táctico, dejando atrás algunas de las locuras verticales y movimientos acrobáticos de las entregas recientes. No hay doble salto ni movimientos alocados; la acción ocurre a nivel de los ojos y pone énfasis en la fuerza bruta, la anticipación y la precisión. Además, que se siente más fuerte con cada caída del Slayer y los enemigos no tienen escapatoria de esos saltos desde las alturas.

Los enemigos aparecen en grandes espacios abiertos que funcionan casi como campos de batalla, donde la selección de objetivos y el orden de eliminación importan. Algunos enemigos requieren ataques cuerpo a cuerpo, otros sólo son vulnerables a ciertas armas o ataques específicos, y otros más precisan que agotes la resistencia para golpear con éxito. Esta necesidad de pensar en la estrategia, improvisar y combinar ataques inteligentes convierte el juego en algo más que un shooter de ráfagas frenéticas; es una experiencia más madura, donde la rapidez mental es tan vital como la puntería.

Combate Cuerpo a Cuerpo

Si bien Doom siempre ha sido sinónimo de disparos incesantes, aquí el combate melee recibe un protagonismo destacado. Existen tres tipos diferentes de armas cuerpo a cuerpo, cada una con su propio árbol de mejoras y un sistema de recarga que recuerda, curiosamente, a la gestión de recursos en shooters más clásicos. La sensación es que pelear cuerpo a cuerpo se siente tan fluido y dinámico como disparar: en esencia, tú mismo eres el proyectil, usando golpes, embestidas y golpes de escudo para triturar a tus enemigos. La introducción de un arma favorita, como una maza o un flail, aporta un toque de variedad y personalidad al arsenal, manteniendo el espíritu brutal de Doom pero dándole un aire táctico y físico que nunca antes había tenido.

Armamento y Demonios

Las armas que ya conocemos y amamos como la escopeta, el lanzacohetes, e incluso la mítica BFG regresan, pero con ajustes y reinvenciones que revitalizan la experiencia. Por ejemplo, la BFG recibe una renovación tan espectacular que es mejor experimentar sus efectos sin spoilers, pero basta decir que mantiene la espectacularidad y el poder aplastante que la consagraron.

Los enemigos, por su parte, son variados y visualmente impactantes: demonios gigantescos con tecnologia, claro tenemos todo el catalogo que ya conocemos como por ejemplo el imp, el diablillo nombrando algunos, cultistas oscuros con poderes que pueden ser obras del mismismo Love Craft, agregando tensión y dinamismo a los combates. Los escenarios donde se despliegan estas batallas son vastos y abiertos, desde iglesias embrujadas y bosques nevados, hasta astilleros y desiertos infernales, ampliando el clásico diseño de corredores y salas para ofrecer un espacio más táctico y visualmente impresionante.

No olvidemos que tenemos una vida, una armadura que podremos ir recuperando con los elementos clásicos que están en el suelo, así como la munición y que muchos enemigos sueltan. además, que podremos mejorarlas conforme vayamos avanzando y encontrando secretos.

Una Oda a la Nostalgia y la Modernidad

Una característica destacada de The Dark Ages es cómo su diseño de niveles mezcla elementos clásicos con innovaciones. Se recuperan las llaves rojas y azules al estilo clásico y la exploración se siente tanto guiada como abierta, con secretos y pequeños rompecabezas que aportan variedad. El juego no rehúye de sus raíces y lo muestra orgullosamente: la cámara se desliza con fluidez, los cambios automáticos de arma al agotarse la munición son intuitivos, y el ritmo constante evita que estemos perdidos o frustrados.

En un gesto que aplaudirán muchos, el juego incorpora numerosas opciones de accesibilidad: desde la reducción del movimiento de cámara y vibraciones, hasta modos de alto contraste, ajustes para daltónicos y controles configurables. Esto permite que un espectro amplio de jugadores pueda disfrutar de esta experiencia brutal sin barreras visuales.

La música al momento de la exploración es calmada y muy baja, pero al momento del combate genera una sensación más eufórica de avanzar y seguir acabando con las hordas de demonios que aterrorizan a los humanos. Y lo mejor es que posee su toque de nostalgia de los juegos anteriores. Sin embargo no se siente tan fuerte como en las demás entregas, esto genera una perdida muy importante para la franquicia, donde no vemos reflejado todo el esplendor de Doom.

Este Doom es un soplo de aire fresco que reconcilia lo clásico con lo contemporáneo, y que invita tanto a veteranos como a nuevos jugadores a disfrutar de una aventura que es a la vez brutal, divertida y enormemente carismática.

Para Cerrar las Puertas Infernales

Doom: The Dark Ages no es sólo un regreso a la fórmula original de Doom, sino una reinvención brillante y emocionante que abraza lo medieval sin abandonar la ciencia ficción, que convierte el escudo en el centro de la acción, y que ofrece un combate táctico sin perder la velocidad ni el frenesí. Es un juego que entiende su historia y la honra con novedades que realmente suman, que sabe cuándo ser clásico y cuándo romper moldes.

Para quienes buscan una experiencia shooter que mezcle nostalgia, brutalidad y frescura en un paquete coherente, The Dark Ages es una cita obligada en 2025.