Tempest Rising: La Reseña del RTS Que Los Fans de Los 90 Esperaban

¿Recuerdas aquellos días gloriosos donde los juegos de estrategia en tiempo real reinaban supremos? ¡Pues prepárate para revivir esa magia! Tempest Rising emerge como un tributo apasionado a esa era dorada que marcó para siempre nuestros corazones gamers, especialmente a la legendaria serie Command & Conquer que tantas horas nos robó frente a la pantalla.

De entrada te podemos decir que este RTS nos transporta a un 1997 alternativo, donde tras una devastadora guerra nuclear, el mundo ha quedado transformado por una misteriosa energía llamada Tempest. No estamos hablando de un simple clon, sino de una experiencia que captura la esencia de aquellos clásicos mientras añade su propio sabor. Con dos facciones completamente distintas – la poderosa Global Defence Force y la enigmática Tempest Dynasty – el juego nos promete 22 misiones repletas de acción distribuidas en dos campañas que podremos disfrutar una y otra vez sin cansarnos.

La nostalgia es evidente, ¡pero no te confundas! Tempest Rising va mucho más allá de ser un simple homenaje. Impulsado por el potente Unreal Engine 5, este título logra incorporar mejoras modernas mientras mantiene fielmente la esencia de lo que hizo grandes a los RTS clásicos. Como cereza del pastel, cuenta con la participación del legendario Frank Klepacki, el mismo compositor que nos deleitó con la banda sonora original de Command & Conquer, añadiendo una capa adicional de autenticidad que hará vibrar a los veteranos del género.

¿Podrá este nuevo título conquistar tanto a los que crecimos construyendo bases y recolectando recursos como a los nuevos jugadores que apenas se acercan al género? Ponte cómodo y prepárate para descubrir qué hace tan especial a Tempest Rising y por qué está generando tanta expectación antes de su lanzamiento en abril de 2024.

¿Qué es Tempest Rising y por qué emociona a los fans del RTS clásico?

Después de años de sequía en el género RTS, Tempest Rising llega como un auténtico oasis para los sedientos fans de la estrategia en tiempo real. Este título desarrollado por Slipgate Ironworks no oculta en ningún momento su ADN – es una carta de amor directa a los clásicos de los años 90 y 2000, especialmente a la legendaria serie Command & Conquer, cuyo trono ha permanecido vacío durante demasiado tiempo en el panorama de los videojuegos.

Inspiración en Command and Conquer

La influencia de Command & Conquer no es sutil ni accidental. ¡Todo lo contrario! El director Fred Schreiber ha declarado abiertamente que crear un juego que capture la esencia de los clásicos RTS ha sido su “sueño de toda la vida”. Esta inspiración se manifiesta en cada aspecto del gameplay: desde la recolección de recursos hasta la construcción de bases y la producción de tropas para aplastar a tus enemigos.

Mientras muchos títulos modernos apenas rascan la superficie de sus inspiraciones, Tempest Rising abraza completamente el espíritu de C&C, llegando incluso a contar con Frank Klepacki, el mítico compositor de la serie original. Su inconfundible estilo musical complementa a la perfección cada batalla, creando ese vínculo emocional instantáneo que los veteranos del género reconoceremos desde el primer acorde.

Las similitudes entre ambos juegos saltan a la vista hasta en la estructura de las facciones. La Global Defense Force (GDF) es prácticamente la gemela de la Global Defense Initiative (GDI), mientras que la Tempest Dynasty tiene ese aroma inconfundible a la Hermandad de Nod. Sin embargo, y aquí está la clave, Tempest Rising no se conforma con ser un simple clon – incorpora elementos propios como habilidades especiales para las unidades y detalles visuales que le dan personalidad propia.

Ambientación postguerra y narrativa retrofuturista en Tempest Rising

El mundo de Tempest Rising nos sitúa en un 1997 alternativo donde la Crisis de los Misiles de Cuba escaló hasta convertirse en la Tercera Guerra Mundial. Este escenario retrofuturista nos presenta un planeta devastado por bombardeos nucleares donde comienzan a brotar unas misteriosas formaciones llamadas “Tempest”.

Estas extrañas estructuras vegetales, que realmente no son plantas como las conocemos, contienen cantidades enormes de energía eléctrica y se expanden rápidamente por todo el mundo. A pesar de representar un peligro para la salud humana, también son un recurso energético tan valioso que han desatado una nueva era de conflictos entre las facciones supervivientes.

La historia se desarrolla a través de dos campañas de 11 misiones cada una, permitiéndonos tomar el control tanto de la GDF como de la Tempest Dynasty. Lo interesante es que ambas campañas son consideradas canónicas y transcurren simultáneamente, mostrándonos los mismos eventos pero desde perspectivas opuestas. Este enfoque nos permite explorar las motivaciones y dilemas morales de cada bando, tomando decisiones que pueden influir en nuestra brújula moral a lo largo de la aventura.

A diferencia de otros RTS modernos, Tempest Rising pone especial énfasis en su modo para un jugador, con cinemáticas renderizadas en tiempo real entre misiones que nos recuerdan al estilo clásico de Command & Conquer, aunque usando tecnología actual en lugar de los icónicos videos FMV.

Como último ingrediente en esta receta explosiva, el juego introduce gradualmente una misteriosa tercera facción con tecnología avanzada, directamente vinculada al recurso Tempest que todos ambicionan. Esta adición promete sorprender a los jugadores conforme avanzamos en las campañas, añadiendo una capa adicional de intriga a una narrativa ya de por sí fascinante.

Jugabilidad de Tempest Rising: Mecánicas clásicas con giros modernos

Y llegamos a la parte crucial de este título: su jugabilidad. Tempest Rising rinde un homenaje perfecto a los clásicos del género mientras incorpora sutiles pero significativas innovaciones que modernizan toda la experiencia. Este equilibrio magistral entre tradición y frescura es precisamente lo que hace que el juego atrape tanto a veteranos curtidos en mil batallas como a novatos que apenas se asoman al mundo RTS.

Construcción de bases y recolección de recursos en Tempest Rising

Como todo buen RTS que se respete, la mecánica central gira alrededor de la construcción de bases en cuadrícula y la gestión inteligente de recursos. Las estructuras necesitan energía para funcionar a pleno rendimiento; si nos quedamos cortos, nuestras defensas se desactivarán y la producción se ralentizará hasta niveles alarmantes. La administración eléctrica se convierte así en un elemento estratégico determinante, donde cada facción depende de plantas energéticas para mantener su base operativa.

El recurso principal, Tempest, se extrae de campos especiales distribuidos estratégicamente por el mapa. Este extraño material con apariencia vegetal se convierte posteriormente en créditos para financiar tanto unidades como edificios. Como jugadores, tendremos que equilibrar constantemente nuestra expansión territorial con la protección de los recolectores, elementos extremadamente vulnerables pero absolutamente esenciales para nuestra economía de guerra.

Un aspecto que brilla con luz propia es el sistema de captura de estructuras. Gracias a unidades de ingeniería especializadas, podremos tomar el control de edificios enemigos o neutrales, incluyendo patios de construcción que nos darán acceso al árbol tecnológico rival. Esta mecánica añade una dimensión táctica adicional que premia tanto la agresividad como la exploración continua del mapa.

Diferencias clave entre GDF y Tempest Dynasty

A primera vista, las facciones parecen calcar la clásica dinámica GDI-NOD de Command & Conquer, pero nada más lejos de la realidad. Tempest Rising introduce importantes diferencias que las hacen únicas y refrescantes. La asimetría va mucho más allá de simples cambios cosméticos, afectando prácticamente cada aspecto del juego.

La GDF construye sus estructuras directamente en el campo de batalla mediante planos que se completan poco a poco, quedando expuestos durante su construcción. La Tempest Dynasty, por el contrario, fabrica sus edificios dentro del Patio de Construcción y después los despliega completamente terminados. Esta diferencia otorga protección durante la fase de construcción, pero exige mayor precisión táctica al colocarlos en el terreno.

También la recolección de recursos muestra diferencias sustanciales. La GDF utiliza refinerías estacionarias con camiones volquete al más puro estilo clásico, mientras que la Dynasty emplea plataformas móviles de recolección que pueden desplazarse entre distintos campos de Tempest. Esta movilidad permite a la Dynasty adaptarse rápidamente a los cambios en el frente de batalla.

Como cereza del pastel, la Dynasty cuenta con un sistema único llamado “Planes”, que permite activar bonificaciones a nivel de facción entera. El Plan Logístico acelera la construcción y recolección, el Plan Marcial mejora el potencial de combate, y el Plan de Seguridad reduce costos y amplía el alcance del radar. Este sistema permite cambiar de estrategia según las necesidades del momento sin necesidad de reconfigurar toda nuestra base.

Habilidades activas y sinergias de unidades en Tempest Rising

Cada unidad en Tempest Rising está equipada con habilidades especiales que expanden significativamente sus posibilidades tácticas. Estas habilidades pueden clasificarse como efectos instantáneos, modos alternables o contextuales dependiendo del objetivo. Además, muchas unidades cuentan con habilidades pasivas que se activan automáticamente durante los enfrentamientos, añadiendo profundidad al sistema de combate.

La GDF destaca en estrategias de control y debilitamiento progresivo. Su sistema de “Marcado” permite que ciertas unidades señalen objetivos enemigos, haciendo que estos sufran daño adicional de armas “Conectadas” y generen inteligencia al ser eliminados. Esta mecánica fomenta un estilo de juego coordinado donde distintas unidades colaboran para maximizar su efectividad en el campo de batalla.

La Dynasty, fiel a su estilo, favorece la movilidad y la potencia bruta. Sus furgonetas de salvamento pueden reparar vehículos cercanos o cambiar al “Modo Salvamento” para desmantelar unidades en las proximidades, generando recursos adicionales sin importar a quién pertenezcan originalmente.

Ambas facciones ofrecen múltiples árboles tecnológicos para personalizar nuestro estilo de juego según nos convenga. Las unidades también ganan experiencia mediante el combate, progresando a través de tres niveles que desbloquean mejoras significativas de durabilidad y potencia de fuego. Este sistema premia la preservación de unidades veteranas y nos obliga a gestionar nuestros recursos con mayor cuidado en cada enfrentamiento.

Campañas para un jugador: Diseño, ritmo y rejugabilidad

El alma y corazón de Tempest Rising reside sin duda en sus dos extensas campañas para un jugador. ¿Te gustan las historias con múltiples perspectivas? ¡Aquí las tienes! Y no son campañas de relleno – estamos hablando de una experiencia narrativa profunda que cautivará tanto a los veteranos curtidos en mil batallas como a los recién llegados al apasionante mundo de los RTS.

Estructura de misiones y progresión

Cada facción nos regala 11 misiones meticulosamente diseñadas, sumando un impresionante total de 22 escenarios de combate únicos. Lo fascinante es que ambas campañas se desarrollan en paralelo y son consideradas canónicas, creando una narrativa interconectada donde los mismos eventos se presentan desde ángulos completamente opuestos. Antes de cada misión, recibiremos instrucciones detalladas de nuestros superiores, teniendo incluso la posibilidad de interactuar con ellos para obtener información adicional sobre objetivos o profundizar en el trasfondo del conflicto.

El sistema de progresión está muy bien pensado, incorporando tanto objetivos principales (los que sí o sí debes completar) como secundarios (opcionales), estos últimos proporcionando jugosos beneficios como puntos de requisición para el arsenal o ventajas tácticas que pueden inclinar la balanza a nuestro favor. Entre misiones, podremos personalizar nuestro ejército gracias a los menús de Doctrina, Comisariado y Armería, adaptando nuestro estilo de juego a los desafíos que nos esperan en el horizonte.

Momentos destacados de cada facción

¿Dónde brilla realmente Tempest Rising? En la variedad de sus misiones. El sexto episodio de la GDF, titulado “Pull that Base Apart”, nos desafía a desmantelar gradualmente una operación Dynasty utilizando francotiradores y tanques sigilosos – ¡una auténtica misión de infiltración táctica! Por otro lado, la campaña Dynasty incluye una misión memorable donde, tras ser asignados a supervisar operaciones rutinarias de recolección de Tempest, nos vemos obligados a defender múltiples bases contra un asalto masivo de la GDF que no verás venir.

Como si fuera poco, ambas rutas narrativas introducen a los “especialistas”, unidades heroicas con sus propias tramas personales y habilidades especiales en el campo de batalla. A lo largo de la campaña, podremos ganarnos la confianza de hasta tres de estos especialistas, añadiendo una capa adicional de profundidad tanto estratégica como narrativa.

Las dos campañas culminan enfrentándonos contra los Veti, una misteriosa tercera facción que funciona de manera radicalmente distinta a la GDF y la Dynasty, cerrando así un arco narrativo que comienza como un conflicto humano pero evoluciona hacia algo completamente inesperado y mucho más grande.

Dificultad y curva de aprendizaje

Tempest Rising ofrece cuatro niveles de dificultad: Fácil, Normal, Difícil e Insano, cada uno modificando la cantidad de fuerzas enemigas y sus niveles iniciales de veteranía. Sin embargo, y esto es importante señalarlo, incluso en el nivel más bajo la IA proporciona un desafío considerable que te mantendrá en alerta constante.

Las misiones están construidas con una progresión inteligente, comenzando con pocas unidades y aumentando gradualmente la complejidad conforme avanzamos. Este enfoque permite familiarizarnos con las mecánicas antes de enfrentarnos a escenarios más exigentes, como interceptar convoyes enemigos en tiempo limitado o defender posiciones estratégicas contra oleadas constantes de atacantes.

Lamentablemente para algunos, pero afortunadamente para muchos, aunque las campañas sirven parcialmente como un tutorial extendido, Slipgate Ironworks ha logrado que cada misión resulte estimulante por mérito propio, con premisas frescas que mantienen nuestro interés incluso después de completar ambas rutas. El resultado es una experiencia que invita a ser jugada una y otra vez, descubriendo nuevas tácticas y secretos con cada partida.

Multijugador y escaramuzas: ¿Qué tan profundo es el contenido competitivo?

Si ya terminaste las campañas y todavía te quedas con ganas de más, no te preocupes – Tempest Rising tiene un as bajo la manga. Más allá de su robusto modo para un jugador, el título nos ofrece una experiencia multijugador que no se queda corta y que complementa perfectamente todo lo anterior. Y no, no estamos hablando de un multijugador añadido a última hora como suele ocurrir en muchos juegos; aquí los desarrolladores han apostado por un sistema competitivo bien estructurado sin descuidar a los jugadores más casuales.

Modos disponibles y matchmaking

Para los amantes de la competición, Tempest Rising implementa un sistema de emparejamiento basado en Glicko-2, un método realmente sofisticado para calcular con precisión las habilidades de los jugadores. ¿El resultado? Partidas equilibradas donde tu destreza táctica será puesta a prueba contra oponentes de similar nivel. El multijugador incluye tanto encuentros clasificados para los más ambiciosos como partidas no clasificadas para quienes prefieren jugar sin la presión de los rankings. Pero eso no es todo, también tenemos a nuestra disposición:

• Partidas personalizadas donde podemos ajustar cada detalle a nuestro gusto
• Mapas diseñados específicamente para duelos 1v1 como Oasis y Altitude
• Escenarios para batallas 2v2 como The Alps
• Un modo escaramuza cooperativo contra la IA para cuando queremos practicar con amigos

De entrada te podemos decir que uno de los aspectos más inteligentes del juego es la separación del equilibrio entre multijugador y campaña. Esta decisión garantiza que la experiencia para un jugador mantenga su integridad mientras permite ajustes específicos en el modo competitivo, evitando así el clásico problema de “nerfear” unidades por el bien del multijugador a costa de arruinar la campaña.

IA en escaramuzas y comportamiento adaptativo

¿Te has cansado de IAs preconfiguradas que siempre hacen lo mismo? Pues aquí tenemos una sorpresa para ti. El sistema de inteligencia artificial de Tempest Rising brilla con luz propia. A diferencia de muchos RTS contemporáneos, los bots no están programados simplemente para ser invencibles, sino para ofrecer desafíos equilibrados y adaptados a distintos niveles de habilidad.

Cada personalidad de IA sigue estrategias únicas, desde tácticas de acoso constante hasta ataques relámpago devastadores. Varios jugadores han destacado el comportamiento realmente impresionante de los bots durante las escaramuzas, empleando maniobras de golpear y correr que requieren respuestas tácticas elaboradas. Es como enfrentarse a un jugador humano con sus propios trucos bajo la manga.

Sin embargo, y debemos ser sinceros, las opiniones sobre la dificultad varían considerablemente. Mientras algunos jugadores consideran que los niveles Normal y Difícil resultan excesivamente desafiantes para novatos, otros señalan que incluso la IA en modo Fácil presenta un reto significativo que no debe subestimarse. Los desarrolladores son conscientes de esto y han confirmado que están trabajando en ajustar estos niveles para proporcionar una progresión más gradual y satisfactoria.

Lo más fascinante es sin duda el comportamiento adaptativo de la IA, que analiza tus patrones de juego para ofrecerte experiencias personalizadas. Si muestras preferencia por determinadas estrategias o unidades, la inteligencia artificial ajustará sus tácticas para contrarrestarlas. Esto significa que cada partida será diferente a la anterior, manteniendo la experiencia fresca y desafiante incluso después de muchas horas de juego. ¡Tu IA favorita podría convertirse en tu peor pesadilla si te vuelves demasiado predecible!

Comparativa: Tempest Rising vs Command and Conquer

Era inevitable. Tarde o temprano teníamos que llegar a este punto. Comparar Tempest Rising con Command & Conquer no solo es natural, es prácticamente obligatorio, especialmente cuando el mismo director Fred Schreiber ha confesado abiertamente que crear un sucesor espiritual de C&C ha sido su “sueño de toda la vida”. La pregunta que debemos hacernos no es si se parecen, sino hasta qué punto estamos ante una simple imitación o una evolución genuina que aporta algo nuevo al género.

Similitudes en estilo y mecánicas

Las semejanzas entre ambos títulos son tan evidentes que saltan a la vista desde el primer momento en que tomas el control. El conflicto entre la GDF y la Tempest Dynasty calca con asombrosa fidelidad aquella rivalidad legendaria entre GDI y la Hermandad de Nod que tantas horas nos robó en los noventa. Incluso los nombres apenas intentan disimular su inspiración, simplemente cambiando el Tiberium por Tempest como recurso principal del juego.

La estética general, con esas secuencias narrativas entre misiones que todos recordamos con cariño, evoca directamente la experiencia clásica de los juegos de Westwood. La única diferencia visible es que Tempest Rising utiliza cinemáticas renderizadas en tiempo real en lugar de los icónicos videos FMV que tanto caracterizaron a la saga original. Y como cereza del pastel, la participación del legendario Frank Klepacki, el mismo compositor responsable de temas inmortales como “Hell March”, refuerza esta conexión nostálgica hasta niveles que harán sonreír a cualquier veterano del género.

Diferencias clave en jugabilidad y diseño

Pero no te confundas, a pesar de su apariencia familiar, Tempest Rising no se contenta con ser un simple clon. El juego implementa importantes innovaciones que lo distinguen de su inspiración. Aunque mantiene la clásica mecánica de recolección de recursos y construcción de bases que todos amamos, cada facción funciona de manera radicalmente distinta. La GDF construye sus estructuras mediante planos que se materializan gradualmente en el campo de batalla, mientras que la Dynasty las fabrica al instante dentro de su Patio de Construcción.

El sistema de combate también ha evolucionado considerablemente, incorporando habilidades activas para cada unidad que transforman por completo la experiencia táctica. El Trebuchet de la GDF, por ejemplo, puede transformarse de tanque móvil a cañón estacionario con mayor potencia de fuego según las necesidades del momento. Estas capacidades tácticas añaden una capa de profundidad estratégica que brillaba por su ausencia en los títulos clásicos, pero sin complicar innecesariamente la experiencia.

¿Es Tempest Rising un sucesor espiritual o algo más?

Tras muchas horas de juego, podemos afirmar que Tempest Rising logra ese delicado equilibrio entre nostalgia e innovación que pocos títulos consiguen. Como acertadamente señala PC Gamer, “no intenta ninguna jugada audaz nueva, sino que se afianza, montando una firme defensa de todo lo que hizo grande al RTS en primer lugar”.

Este enfoque aparentemente conservador podría parecer limitado a primera vista, pero resulta sorprendentemente refrescante en un momento donde el género de estrategia en tiempo real ha estado en “retirada activa durante años”, con la tendencia general orientándose hacia juegos por turnos o títulos 4X más extensos y pausados. Tempest Rising se yergue como un defensor del RTS puro, recordándonos por qué nos enamoramos de este tipo de juegos en primer lugar.

No es solo un homenaje a Command & Conquer, es un manifiesto que defiende activamente la relevancia del RTS clásico en pleno 2025. Y lo hace con una convicción y una calidad que hacen que valga cada minuto invertido en sus batallas. Si extrañabas la adrenalina de construir tu base a toda velocidad mientras tu mente planea la próxima ofensiva, has encontrado tu nuevo hogar.

Conclusión

Tras horas y horas de desplegar bases, coordinar ataques y disfrutar de batallas épicas, Tempest Rising nos deja con una certeza absoluta: los juegos de estrategia en tiempo real clásicos no solo siguen siendo relevantes, sino que todavía tienen mucho que ofrecer. ¿El veredicto final? Aunque mantiene fielmente el espíritu de Command & Conquer (y no se avergüenza de ello), el juego logra establecer su propia identidad mediante innovaciones significativas tanto en el sistema de combate como en la gestión de recursos.

Las dos campañas narrativas, junto con esas facciones tan distintivas, ofrecen una experiencia rica y satisfactoria que encantará tanto a los veteranos curtidos en mil batallas como a los recién llegados al género. La atención al detalle en el diseño de misiones y la profundidad estratégica demuestran el firme compromiso de Slipgate Ironworks con la calidad, algo que lamentablemente no siempre vemos en la industria actual.

Sin embargo, el verdadero logro de Tempest Rising no está en copiar lo que hizo grande a C&C, sino en su capacidad para modernizar la fórmula RTS sin perder ni un ápice de la esencia que nos hizo enamorarnos de estos juegos en primer lugar. Las mecánicas únicas de cada facción, sumadas a un sólido modo multijugador con ese toque competitivo que tanto nos gusta, sugieren que este título podría marcar el inicio de un esperado y necesario renacimiento del género.

Assassin’s Creed tuvo su tiempo, Command & Conquer tuvo el suyo, y ahora parece que Tempest Rising está listo para tomar la antorcha y llevarnos a una nueva era dorada de la estrategia en tiempo real. Si eres fan de los RTS clásicos, no lo dudes ni un segundo – este juego está hecho para ti.